Adolescentes. Cine y vídeo para/sobre chicas y chicos

4 junio, 2003 - 22 junio, 2003
Lugar
Edificio Sabatini, Auditorio
Comisariado
Susana Blas
Documentos
Edificio Sabatini, Auditorio
Edificio Sabatini, Auditorio

A pesar de las dificultades que entraña esta fase vital para la mayor parte de quienes la sufren, como señala Susana Blas, comisaria del ciclo, “hemos pasado de considerar la juventud como una enfermedad que se cura rápido a sublimarla absolutamente. Parecería que ya nadie quiere abandonar esa forma de vivir joven que se ha convertido para muchos en una manera de sentir, desde la radicalidad o simplemente adoptando sus estéticas y modas. Hoy en día existen adolescentes con 40 años”. Partiendo de esta constatación, el ciclo se propone romper con los aspectos más perversos que encierra la sublimación de la adolescencia y desterrar algunos tópicos surgidos en torno a este sufrido y venerado momento de la vida y, al mismo tiempo, acercar al público la obra de una serie de artistas imprescindibles del panorama audiovisual contemporáneo.

El ciclo consta de cinco programas en los que se proyectan películas que abordan temas como la explotación infantil, la perversidad juvenil o el mundo de la calle. Se pueden ver, entre otras, Lilya 4 ever (2002) (cinta ganadora en el Festival de Cine de Gijón), una película que emplea técnicas del documental y del docudrama televisivo desde una perspectiva crítica, donde el director Lukas Moodysson (Lund, 1969) revisa el mundo de la prostitución juvenil en la Rusia actual; Lick the Star (1998), cortometraje con que Sofia Coppola (Nueva York, 1971) debuta en la dirección y en el que prefigura muchas de las constantes de su filmografía, la directora da cuenta de su llegada al mundo del cine como actriz infantil y del proceso que la llevó “al otro lado de la cámara”. En un registro totalmente diferente al de las películas mencionadas, Stoked: The Rise and Fall of Gator (2002), de Helen Stickler (Crete, 1966), aborda, desde la forma documental, el mundo de los skaters y uno de sus ídolos, Mark “Gator” Rogowski, cuya trágico devenir le llevó a cometer un asesinato, por el que cumple condena en prisión.