Homenaje. Juan Antonio Ramírez. En memoria
Son innumerables los que podrían firmar estas líneas de reconocimiento a nuestro inesperadamente desaparecido Juan Antonio Ramírez: sucesivas generaciones de lectores, alumnos, discípulos y compañeros. Es en este sentido que lo hacemos desde aquí: en nombre de todos aquellos que aprendieron a apasionarse con una historia del arte proteica e inconformista respecto a cualquier límite disciplinar; una historia del arte que se atreve a explorar la trama de lo visible simultáneamente desde el pasado y desde el presente, desde las imágenes y desde la arquitectura, desde las analogías y desde las diferencias, desde el centro, pero también desde los márgenes del canon.
Reivindicamos la figura de Juan Antonio Ramírez en cuatro aspectos que nos obligan profundamente a todos: el primero, la incansable voluntad de pedagogo empeñado en despertar en lectores y alumnos una mirada inteligente y crítica capaz de distinguir los mimbres que componen un régimen visual que a menudo disuade el cuestionamiento y la disensión. El segundo, la incorruptible independencia de su criterio, ajeno a cantos de sirena o a la estéril confabulación académica, a la vez que curioso y respetuoso respecto a los criterios y opiniones del otro. El tercer aspecto, el compromiso con una esfera pública que demanda a menudo la valentía de alzar la voz más allá de las aulas, saliendo en defensa de lo que se considera justo o en protesta por lo que se considera injusto. Por último, la abnegada entrega a la construcción del futuro cuando muchos agoreros se excusan en el desaliento y se llama a la inacción. En los últimos años esta entrega se centró en la puesta en marcha de un programa de estudios de postgrado que debería servir de sustrato a un saber sobre el mundo, el de la historia del arte, que él consideraba no solo aún fértil, sino también socialmente útil.
Debemos darnos cuenta de que con Juan Antonio Ramírez se ha ido uno de los campeones de aquel espacio de apertura e independencia en que hemos querido situarnos. Ahora nos toca a ponernos en pie y alerta para defender y ampliar dicha apertura e independencia en un tiempo y en un contexto lleno de incógnitas y retos.
Valgan los siguientes audios y vídeo como un pequeño homenaje y recuerdo, de los muchos que están en preparación, de su amplia generosidad intelectual y brillantísima lucidez crítica, no exenta de rigor, humor y de una contagiosa pasión.
Durante la presentación de su último libro, El objeto y el aura, realizada en este museo el pasado junio, se dieron cita Simón Marchán Fiz, Anna María Guasch y el anfitrión, Jesús Carrillo. En cierta manera, los tres, por su trayectoria pedagógica y editorial, ayudan a dibujar el complejo mapa de la historia del arte en España y, entre los tres, realizaron una semblanza de Juan Antonio Ramírez que ha quedado como testimonio y memoria de su trabajo hasta día de hoy.
Enlaces relacionados:
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Memoriales:
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