Museo a mano
El proyecto surge de la cooperación entre los departamentos de Educación y de Restauración, haciendo compatible la correcta preservación de las obras con el derecho de acceso a la cultura de las personas ciegas. El protocolo de coordinación entre estos departamentos prevé la posibilidad de tocar sin guantes las esculturas seleccionadas, lo que mejora en gran medida la percepción de sus cualidades táctiles. La participación se restringe a las personas ciegas legales, de acuerdo con los criterios de la Fundación ONCE.
En 2007 se realiza una primera selección de seis esculturas representativas del cambio que se produjo en el concepto de escultura durante el siglo XX. El buen resultado obtenido permite revisar y ampliar periódicamente el número de obras accesibles al tacto, así como generar materiales de apoyo como reproducciones a escala de las obras de mayores dimensiones o elementos que ayuden a comprender las técnicas de trabajo, los materiales o la ubicación de algunas obras.
Las visitas se realizan en compañía de un educador, cuyo papel no se reduce al acompañamiento y supervisión, sino que consiste también en motivar el diálogo y la puesta en común de sensaciones e impresiones personales. Resulta destacable que los comentarios derivados de la percepción táctil han enriquecido en gran medida el análisis de las esculturas y la propia metodología de las visitas táctiles.