Nuevas tendencias: World Wide Video Festival 95
El vídeo nunca ha sido un medio “puro”, pues puede combinarse y complementarse con el cine, la fotografía, la performance y, cada vez más, con técnicas informáticas. El abanico de enfoques estéticos y formales, desde la narrativa poética casi pictórica a las exploraciones abstractas del caos electrónico, es muy amplio. Fuera de las restricciones que impone el mundo de la publicidad en televisión y cine, los videoartistas gozan de plena libertad para escoger sus propios formatos. Más allá del género documental, muchos concentran sustancia y contenido en estas cortas pero poderosas declaraciones audiovisuales.
La apropiación de materiales previamente grabados sigue estando presente, pero su utilización parece haber evolucionado hacia una línea más personal: el vídeo se emplea como medio de articulación de la memoria y de organización de los recuerdos y el redescubrimiento de la historia familiar con la utilización de fotografías, películas domésticas y vídeos es recurrente en el trabajo de Daniel Reeves (Washington, 1948) y Caroline Rye. El metraje encontrado sobre temas de muerte y destrucción es utilizado por Knut Gerwers (1969) en Der Tod Ist (1994), revelando hasta qué punto determina la televisión la memoria colectiva.
Pese al escaso número de trabajos de cariz abiertamente político, muchas cintas muestran un cierto compromiso con determinadas políticas culturales: Beban & Hortavic y Sadek Sejdal estudian el exilio, mientras Sylvie Pérouème, Marcello Mercado (El Chaco, 1963) y Antonio Perumanes investigan la representación y la manipulación del cuerpo. Los artistas que combinan vídeo y performance van mucho más allá de la mera documentación y presentan obras en las que se puede controlar la posición del espectador, como Intimate (1995), de Imogen Stidworthy (Londres, 1963). Otros trabajos utilizan la danza como elemento narrativo a través del movimiento cotidiano de los cuerpos o de la cámara. El esquema del documental ha sido utilizado en producciones como Croquis de Voyage, de Marcel Dinahet (Finistère, 1943) y 7 Visions Fugitives (1995), de Robert Cahen (Valence, 1945).
Trabajar con vídeo también implica trabajar con sonido, de esta forma Kristine Diekman, Stansfield/Hooykaas y Chris Dodge hallan un paralelismo entre la forma de procesar la imagen y el sonido; en Combo (1995), Philipp Schmid (Basilea, 1962) utiliza la edición en vídeo para crear música, evidenciando la construcción de la música pop; y en Excerpt X / dia Kleodon de Gregg Wagstaff, el vídeo se alza como un medio de representación de la poesía audiovisual.