Si fuera un movimiento
El trabajo es realizado por dos artistas: una bailarina y un músico. Durante el recorrido se sugiere qué serían las obras si fueran movimientos, qué nos transmitirían o cómo nos relacionaríamos con ellas. Acompañados por música en vivo, los alumnos participan no sólo como observadores sino también de una manera activa, estableciendo un diálogo entre el grupo, los artistas y la obra, de forma que los niños vivan y experimenten un contacto directo con su propio cuerpo y su expresión.
Las obras seleccionadas constituyen un abanico de movimientos, formatos y corrientes del arte contemporáneo. Así, el viaje propuesto va desde la concisión expresiva de Adolph Gottlieb a la plástica surrealista de Joan Miró, o desde el colorido de Equipo 57 al expresionismo de Antonio Saura y al realismo de Antonio López. Los diversos lenguajes artísticos que integran el proyecto -la obra artística, la danza y la música- conviven para hacer llegar a los alumnos de una manera más rica la obra de cada autor.