Cena familiar
Ángeles Santos
- Fecha:1930
- Técnica:Óleo sobre lienzo
- Dimensiones:96 x 127 cm
- Categoría: Pintura
- Año de ingreso:2013
- Nº de registro:DE02126
El éxito alcanzado por el cuadro Un mundo (1929) supuso un punto de inflexión tanto en la trayectoria plástica como en la vida personal de Ángeles Santos. El contacto de esta con intelectuales y artistas, fundamentalmente en Madrid aunque también a veces en Valladolid, su lugar de residencia, actúa como revulsivo que fomenta en ella el afán por la lectura, junto a una inusitada, casi febril, actividad artística. Josep Casamartina precisa cómo la incipiente pintora vive entonces en constante conflicto, generado por la confrontación entre esas ansias de conocer y experimentar las nuevas corrientes de vanguardia y las vivencias cotidianas del ambiente cerrado de una ciudad de provincias. Tal situación se hace extensiva incluso a las relaciones familiares de Santos, como resalta el propio Casamartina: «Fruto de este conflicto es el cuadro Familia cenando, también titulado Familia y Cena familiar, pintado seguramente después del Salón de Otoño de 1929. La influencia de las pinturas negras de Goya es patente en esta obra. Los miembros de una familia burguesa, en este caso la suya, con servicio y cocinera, se convierten en unos brutos hambrientos que comen compulsivamente, amontonados alrededor de una mesa humilde y escasa. La madre de Angelita, una señora fina y elegante que tocaba el piano, se transforma en un monstruo con gesto de cretina que come patatas enteras con las manos, igual que una de las niñas, que la imita como un pequeño chimpancé. El lienzo es de gran formato, impecablemente resuelto y nítido a pesar de su fuerte intención expresiva, casi exagerada». En efecto, el influjo de las pinturas de la Quinta del Sordo se traduce aquí en exacerbada crítica, que Santos compatibiliza con un marcado sentido de la caricatura, dando como resultado una escena cercana a las más ácidas composiciones del alemán George Grosz.
Paloma Esteban Leal