Jeune fille rêvant de l'évasion (Muchacha soñando con la evasión)

Entre 1928 y 1934 Joan Miró se acerca a las técnicas del collage y de la construcción de objetos como una práctica anti-pictórica de rebelión frente a los conceptos tradicionales del arte. En su último período, a partir de los años sesenta, se propone crear una serie de obras que mantengan su antigua y fascinante atracción por el objeto, pero con una inequívoca voluntad de constituirse en corpus escultórico, que le conduce a la utilización de una técnica milenaria de esta disciplina: la fundición.La colección de esculturas de Miró del Museo Reina Sofía, compuesta por 43 obras fechadas entre 1967 y 1981, responde a este criterio. Son obras que surgen a partir de los más variados y siempre humildes objetos, y que tras un largo proceso de definición en el que realiza multitud de dibujos y croquis, es finalizado con la fundición y el patinado del bronce en el taller de Parellada de Barcelona. Jeune fille rêvant de l’evasion (Muchacha soñando con la evasión, 1969) es una escultura de delicada configuración que expresa, mediante el movimiento intrínseco de la forma, la temática del sueño y la poesía. Aunque como el artista señala, la escultura es una disciplina artística concreta que está en la propia naturaleza, y, en consecuencia, esta obra surge del vaciado de objetos tan prosaicos como un cuchara de palo, un canto rodado o el fragmento de un botijo, constituyéndose en una lírica figura-paisaje cósmico. Miró es capaz de expresar con el ensamblaje de objetos la vulnerabilidad del ser humano ante la poesía, gracias al movimiento de la figura y a la sutileza de sus elementos plásticos y gráficos, entre los que se incluye el signo de la estrella dentro de la figura.

Carmen Fernández Aparicio