Nativité (Natividad)

El 11 de septiembre de 1982 fallecía en París Wifredo Lam, el artista más significativo de la vanguardia cubana y figura fundamental del arte moderno en América Latina. Décadas atrás había pasado una larga estancia en España, donde participó en la Guerra Civil en el bando republicano, como integrante de las brigadas artísticas internacionales y del sindicato de pintores de la Unión General de Trabajadores.
Su regreso a Cuba tras la ocupación alemana de Francia supuso una verdadera revolución estética. Partió de Marsella junto a un grupo de casi 300 intelectuales exiliados ?entre ellos Claude Lévi-Strauss, André Breton y un séquito de surrealistas?. El reencuentro con el paisaje insular, la reconexión con la memoria familiar (era hijo de padre chino y madre afrodescendiente), la cercanía a los cultos de ascendencia africana bajo la guía de los etnólogos Lydia Cabrera y Fernando Ortiz o el escritor Alejo Carpentier, provocaron en la obra de Lam una ruptura de los lenguajes del cubismo y el surrealismo para encontrar una singular poética que trataba de desmontar la mirada colonial aún latente en los modernismos europeos. Hundió así sus raíces en la herencia negra en cuanto matriz fundacional de las culturas de resistencia y cimarronas caribeñas.
Las redes de complicidad y solidaridad artísticas e intelectuales de Wifredo Lam, devenido embajador de las vanguardias modernas de Occidente en América Latina, hicieron posible la realización en La Habana del Salón de Mayo en 1967. A su fallecimiento, se le rindió tributo mediante la fundación en 1983 del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, dedicado a la investigación y visibilidad del arte de América Latina, el Caribe, Asia, África y Medio Oriente; así como con la convocatoria en 1984 de la Primera Bienal de La Habana, cuyo evento teórico se dedicó a la obra de Lam.
Suset Sánchez Sánchez

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