Nous ne sommes pas les derniers (No somos los últimos)

Zoran Music fue arrestado en Venecia en 1944 por la Gestapo y deportado al campo de concentración de Dachau, una experiencia que marcó su vida y su trabajo artístico tras la Segunda Guerra Mundial. En 1945 realiza una serie de dibujos en los que representa escenas relacionadas con el Holocausto: hornos crematorios, hombres ahorcados o cadáveres acumulados en piras. Estos dibujos servirían de inspiración, en la década de 1970, para la realización de la serie Nous ne sommes pas les derniers (No somos los últimos), a la que pertenece esta obra. Este conjunto supone una ruptura con otras obras de esta década; mientras utilizaba un lenguaje que rozaba la abstracción y en el que se percibía la pervivencia del informalismo y del tachismo, en Nous ne sommes pas les derniers regresa a una figuración de caracteres muy personales, cercanos al expresionismo, que identificará el período central de su producción. Maneja una pintura plana, sin perspectiva ni volumen, que sitúa a estos personajes, arquetipo de la víctima inocente, en un espacio indeterminado que permite asociarlos a cualquier otro genocidio en la historia.