Sala 001.03
Tras el fin del aislamiento provocado por la dictadura franquista se forjó una nueva imagen de la cultura y el sistema artístico, convertida en referente simbólico de cambio y progreso. Era la época de la promoción internacional del arte español fruto de la emergencia de una España renovada por su incorporación a instituciones supranacionales y su integración en la esfera del capitalismo mundial. Ese era también el mundo de Fernando Vijande, cuya galería mantuvo una destacada actividad en el ámbito artístico del arte contemporáneo en nuestro país.
Tras una década de intensa actividad al frente de la galería Vandrés (1970-1981), Fernando Vijande inauguró su segunda galería madrileña, que llevó su nombre y que estuvo activa entre 1981 y 1987. La relevancia y reputación de este espacio vino marcada por su criterio subjetivo y por un enfoque abierto y ecléctico dentro del cambiante panorama del arte de los ochenta, así como por la elección y apuesta por individualidades de muy diferente signo. Consciente de la importancia de incorporar creadores extranjeros y de internacionalizar el arte español, Vijande establece puentes con el arte internacional —en particular, con el norteamericano—, guiado por un entusiasmo y por la fascinación que la producción española generaba en Estados Unidos y en otros países occidentales.
Organizó múltiples exposiciones y proyectos en los que figuraron creadores próximos al conceptual, como Alexanco o Muntadas, junto a otros menos comprometidos con el arte político y con una obra desideologizada, como Miquel Navarro o José María Sicilia, y aquellos que, como Costus, a quienes se dedica la muestra inaugural del nuevo espacio, representaron el espíritu premeditadamente kitsch de la Movida. Esas exhibiciones alternaron con el desembarco de exposiciones de artistas foráneos de primer orden (Andy Warhol, Jannis Kounellis, Ian Breakwell o Robert Mapplethorpe), pero también de otros del East Village neoyorquino no tan conocidos, reunidos en la colectiva Psycho Pueblo, de 1985.
Esta sala De lo propio y lo ajeno. Galería Fernando Vijande, 1981-1987 reúne una colección de trabajos de Carmen Calvo o Susana Solano y una selección de piezas que formaron parte de la primera exposición de Juan Muñoz en 1984, junto a la obra de tres creadores claves en la trayectoria profesional y personal de Fernando Vijande, como Luis Gordillo, José Luis Alexanco o Zush. Sus exposiciones quedaron documentadas en catálogos y monografías que apuntan a la prolífica actividad editorial de Vijande, y sus inauguraciones fueron escenario de la atmósfera festiva de la mítica galería, que contribuyó al proceso de modernización del arte en nuestro país durante la primera década de la democracia.