Sala 205.14
La hora universal de la cultura. Gaceta de Arte

Lejos de la península, en las Islas Canarias, surgió una de las iniciativas culturales más importantes de la II República. Gaceta de Arte se publicó en Santa Cruz de Tenerife entre 1932 y 1936 como una revista, además de una editorial internacional, con una apuesta decisiva por la modernidad.

Obras de la sala

Imágenes de la sala

Sala 205.14 Sala 205.14
Sala 205.14

Sala 205.14

Lejos de la península, en las Islas Canarias, surgió una de las iniciativas culturales más importantes de la II República. Gaceta de Arte se publicó en Santa Cruz de Tenerife entre 1932 y 1936 como una revista, además de una editorial internacional, con una apuesta decisiva por la modernidad.

Su editor, Eduardo Westerdahl, acercará a las Islas Canarias los diferentes movimientos de la vanguardia europea de los años treinta que había conocido durante sus viajes por Europa. Desde una posición en la periferia artística consiguió las colaboraciones para la revista de algunos de los protagonistas de la modernidad europea como Alfred H. Barr, Kandinsky, Le Corbusier, Gertrude Stein o André Breton, entre muchos otros. Gaceta de Arte fue también un espacio de intercambio entre la escena cultural de las islas y de la península, especialmente con el grupo ADLAN y el GATEPAC, con quien compartían la defensa de la arquitectura y el diseño gráfico del movimiento moderno, que influenciará la propia estética de la revista. El carácter ecléctico de la revista hizo que en sus páginas se presentaran tendencias artísticas muy variadas y a menudo contradictorias, como el racionalismo y el surrealismo.

Precisamente es con este último movimiento con el que suele identificar más a la revista. El surrealismo aparece en Gaceta ya desde sus inicios, a través de los escritos de uno de sus redactores principales, el poeta Domingo López Torres y de las crónicas desde París del artista canario Óscar Domínguez. A este último le dedicarían su primera exposición monográfica en la capital tinerfeña en 1933.

Los vínculos de López Torres y Domínguez con el grupo surrealista «oficial» en París, propiciaron la llegada a la isla en 1935 de André Breton, Jacqueline Lamba y Benjamin Péret para apadrinar una exposición trascendente como fue la Segunda Exposición Internacional del Surrealismo en la sala de exposiciones del Ateneo de Tenerife. Aunque modesta en tamaño, en la exposición estuvieron presentes muchas de las figuras más importantes del movimiento entre los que se encontraban René Magritte, Salvador Dalí, Max Ernst, Hans Bellmer e Yves Tanguy. Además, Breton pronunció dos conferencias y se organizó una proyección de La edad de oro, la polémica película de Luis Buñuel y Salvador Dalí que fue finalmente prohibida. Frutos de toda esta experiencia fueron el número monográfico de Gaceta de Arte sobre surrealismo de septiembre de 1935 y el Segundo Boletín Internacional del Surrealismo de octubre de ese año. El paisaje volcánico de la isla maravilló a Breton quien escribirá a su regreso a París su texto Le Château étoile.

Un mes antes de la Guerra Civil, en junio de 1936, organizaron junto al grupo ADLAN en el Círculo de Bellas Artes la Exposición de arte contemporáneo con destacadas presencias nacionales e internacionales que resumía de alguna manera los intereses artísticos de la revista y en la que se incluyeron dos pinturas de Óscar Domínguez pertenecientes a la Colección del Museo Reina Sofía: Papillons perdus dans la montagne (1934) y Cueva de guanches (1935).

Otras salas de la Colección