La programación para Educación Primaria pone el énfasis en estimular procesos de experiencia estética alternativos a la visita tradicional, intentando romper el habitual estatismo del espectador y la relación exclusivamente visual con la obra de arte. Este planteamiento reduce al mínimo el papel de la transmisión o el diálogo verbal ante la obra, y lo sustituye por formas de percepción en las que prima la activación simultánea de distintos sentidos. Se pone así el énfasis en un acceso al conocimiento de tipo intuitivo, que se considera idóneo para alumnos que cursan la primera etapa de la Educación Primaria.