Abraham Lacalle. Un lugar donde nunca sucede nada

29 marzo - 8 mayo, 2005 /
Edificio Sabatini, Espacio Uno
Vista de sala de la exposición. Abraham Lacalle. Un lugar donde nunca sucede nada, 2005
Vista de sala de la exposición. Abraham Lacalle. Un lugar donde nunca sucede nada, 2005

La trayectoria artística de Abraham Lacalle (Almería, 1962) comienza a finales de los años ochenta y hasta la fecha cuenta con numerosas exposiciones colectivas e individuales en galerías de Madrid y Nueva York principalmente. En su obra se encuentran constantes referencias, de forma irónica y sarcástica, a los grandes movimientos artísticos y literarios producidos a lo largo de todo el siglo XX.

El título de la exposición, Un lugar donde nunca sucede nada, hace referencia para el artista al "yo", al lugar de la conciencia de la persona, en consonancia con la idea del psiquiatra y psicoanalista francés Jacques Lacan de que el "yo" es la enfermedad de occidente. Así, el "yo" es una habitación en eterno fracaso, llena de trucos para sobreponerse al miedo.

Este tema vinculado al “yo” representa una metáfora de la realidad vista desde la arqueología de lo íntimo, y supone el eje vertebrador del trabajo de Lacalle y sus extraños espacios creativos, como las celdas o los aeropuertos que trabaja en la obra pictórica. Desde los géneros literarios, disciplina que también cultiva, realiza el mismo tipo de referencias.

El proyecto que Lacalle elabora para el Espacio Uno consiste en la realización de una pintura al fresco en un muro de una de las salas. Lacalle cuenta con la colaboración de los alumnos de la Escuela de Artes y Oficios de La Palma para la realización de la obra, cuya ejecución tiene una duración total de tres semanas.

El artista manifiesta que la pintura al fresco es la técnica que considera más adecuada para hacer una intervención en el espacio. El fresco se caracteriza y se diferencia porque se adhiere al muro, y por lo tanto se produce su incorporación al espacio y a la arquitectura. Esta técnica pictórica, asociada tradicionalmente a la voluntad de permanencia, choca irónicamente con el carácter efímero de la obra, ya que el proyecto tiene como destino final su destrucción al concluir la muestra.

La obra realizada por Lacalle, que ocupa una gran pared de 5 x 10 metros, consta de una secuencia iconográfica dividida por seis piezas o escenas en una narración no lineal. En ella aparecen símbolos y elementos geométricos y figurativos, donde emplea variadas gamas cromáticas. El resultado es una composición viva y cargada de ironía, con un código propio de significados, formado por la integración de múltiples referencias.

Datos de la exposición

Organización: 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Comisariado: 
Kevin Power
Artistas:
Abraham Lacalle