El foco de atención se centra en el grupo de artistas de la generación de los noventa, que introduce en el entorno artístico la ruptura con lo que tradicionalmente había sido la imagen del arte mexicano. Junto a ellos se muestran obras de artistas anteriores, seleccionadas no tanto por constituir referencias específicas, sino porque inauguran toda una gama de reverberaciones discursivas. Muchas de las obras seleccionadas tienen en común el hecho de trabajar con diferentes niveles de significado a un tiempo y muestran paralelamente un gusto especial por lo común, lo popular y lo cotidiano, aspectos a los que se confiere un estatus poético y una extraña y atractiva belleza. Las obras comprenden un amplio espectro de intereses, si bien su diversidad no impide la interacción entre todas ellas.
Las décadas de los ochenta y de los noventa en estuvieron marcadas en estos artistas por una vuelta al tema del cuerpo: sin duda un giro de absoluta naturalidad en el contexto de las políticas de desigualdad que marcaron dicho periodo. Sin embargo, la lectura mexicana resulta más obsesiva y personal, más arraigada e impredecible y menos teórica. Otros sistemas de eco que se presentan en la exposición son la amplia extensión de las posibilidades de abstracción, que a veces surgen de las preocupaciones del artista por lo político y lo social o de su identificación emocional con el paisaje, así como del ambiguo juego con el cuerpo o de una reflexión metavisual sobre la naturaleza de
Datos de la exposición
Publicaciones del Museo Reina Sofía