La exposición Los Esquizos de Madrid. Figuración madrileña de los 70 aborda el complejo ambiente cultural del Madrid de los últimos años del franquismo y el primer periodo de la democracia. Esta retrospectiva articula las actividades y la obra de un grupo de pintores conocidos como "Los Esquizos de Madrid", cuya actividad como grupo abarca desde 1970 a 1985, decidido a abrazar la pintura figurativa, al margen de las convenciones estéticas y políticas dominantes al final de la dictadura.
El grupo de pintores conformado por Carlos Alcolea, Chema Cobo, Carlos Franco, Luis Gordillo, Sigfrido Martín Begué, Herminio Molero, Rafael Pérez-Mínguez, Luis Pérez-Mínguez, Guillermo Pérez Villalta o Manolo Quejido, no era homogéneo ni programático. Compartía inquietudes y deseos apoyado por un creciente número de galerías de arte y alentado por una nueva generación de crítica madrileña con la que el grupo compartía intereses y ambiciones.
A lo largo de la exposición se aprecian las diferentes influencias, confluencias y el camino que irá tomando cada artista a lo largo de estos quince años de producción. Entre los rasgos que los unen destaca el que todos volvieron a la pintura, una pintura narrativa en la que el uso del color es predominante con marcada influencia del arte pop inglés y americano, el cine de Walt Disney, la cultura del cómic, así como por David Bowie o el compositor experimental John Cage. En este grupo de artistas existe un deseo de primar el contenido conceptual de la obra e incluir en ella sus propias vivencias y contradicciones. Las referencias a elementos de la historia del arte, su plena consciencia de la crisis de la filosofía y del arte de la época, junto a la utilización de un punto de perversión en su pintura serán elementos comunes y puntos de confluencia además de estar unido por otros vínculos como el estudio de Javier Utray, teórico y catalizador del grupo.
El término “esquizos” se aplicaba a este grupo de pintores figurativos que inventaron un estilo de vida en la España singular de los años 70. Iniciaron su carrera en esta capital multicultural y alcanzaron renombre en los ochenta, cuando apenas habían cumplido los treinta años y muchos de ellos ficharon por grandes galerías. En realidad el término “esquizos” nació como una etiqueta irónica que los pintores abstractos-estrictos de Barcelona (Broto, Grau, Tena) aplicaron a los figurativos madrileños, cue en su día firmaron, por así llamarlo, un pacto de apoyo mutuo generacional que les permitió compartir determinados espacios, galerías, plataformas, revistas y proyectos expositivos.
Datos de la exposición
Fundación Josep Suñol, Barcelona (15 octubre - 06 enero, 2009-10); Centro Andaluz de Arte Contemporáneo CAAC, Sevilla (21 enero - 16 mayo, 2010)