Con motivo de la concesión del Premio Velázquez
Soriano expuso por primera vez en su ciudad natal con 14 años. Un año después se traslada a la ciudad de México, donde entabla relación con Frida Kahlo, Diego Rivera, José Clemente Orozco y el grupo literario de Los Contemporáneos, además de con un Octavio Paz muy joven, con quien mantendrá un constante y fructífero diálogo. Poco tiempo después entra en contacto con los exiliados españoles, como María Zambrano, Ramón Gaya, Luis Cernuda, León Felipe o Giner de los Ríos. A lo largo de más de setenta años de actividad creativa entre dibujos, pinturas, grabados, escenografías, tapices, cerámicas y esculturas, Soriano se convirtió en "leyenda viva" de México. Su obra es la afortunada fusión de tradición, fantasía poética e imaginación visual.
Desde joven, el artista rechazó el muralismo imperante para pintar con absoluta libertad. Pronto obtuvo el respeto de Rufino Tamayo y el reconocimiento de la generación mexicana de
Hasta los años cincuenta las naturalezas muertas, los retratos y autorretratos y las escenas oníricas hacen de Soriano un pintor inclasificable, pues el clasicismo compositivo de sus cuadros se ve zarandeado por la osadía expresionista de los colores. A partir de su primera estancia en Roma y, sobre todo, después de un viaje a Creta, abundan los temas mitológicos, tratados ya con todas las conquistas de
En esta muestra, las aves son su único motivo, que actúa como hilo conductor. Numerosas aves están presentes en su "Bestiario" de Guillaume Apollinaire y en el "Animalario" de Alfonso Reyes, así como en su obra pictórica y escultórica.
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