El comienzo de la década de 1960 significa el inicio de una etapa dominada por la actitud crítica, e incluso subversiva, “contra la ideología del arte y contra el arte convertido en ideología”, en palabras de Catherine David, comisaria de la muestra junto con Veronique Dabin. Los temas, los soportes y los materiales empleados (no artístico mayoritariamente) unidos a una común actitud crítica contra “la institución”, evidencian la voluntad de los creadores de llevar hasta los límites el acto estético en la era del capitalismo avanzado. Es en ese escenario donde aparece Marcel Broodthaers (Bruselas, 1924 - Colonia, Alemania, 1976), instalado entonces en París y trabajando como incipiente escritor y crítico de arte.
El conjunto de la obra de Broodthaers, reunido para esta exposición antológica casi en su totalidad, da cuenta de una personalidad singular que logra elaborar un complejo pero homogéneo discurso poético y plástico al tiempo que se construye como personaje dentro de su creación. Su producción examina los límites del arte, de la experiencia del público y la construcción social del museo como institución pública; para lo que lo desborda las categorías tradicionales referidas a los géneros artísticos. Objetos, poemas, múltiples, proyectos e instalaciones constituyen los dispositivos y soportes de unas piezas saturadas de referencias, citas y alusiones a la cultura literaria y visual contemporáneas. La posible percepción ambigua de su obra en un primer momento responde a su dominio del lenguaje y al uso que de él hace desde la ironía, el juego y la poesía. Así, sus obras por su estructura hermética se presentan, según el propio artista, como jeroglíficos y exigen al espectador mantener una actitud consciente y activa. A este respecto, recupera a Magritte, despojándole de los tópicos surrealistas, en su afán por revelar la relación entre el objeto y su representación y con la intención de unir el lenguaje de las formas con el de las palabras (Valise Charbon, 1966; L´Erreur, 1966).
El trabajo de Broodthaers, en el que se advierte la herencia metodológica y conceptual de Stéphane Mallarmé, se organiza principalmente en tres temas. El primero, el lenguaje en cuanto instrumento visual, en el que cabe incluir su práctica de prolongación del lenguaje: Pense-Bête (1963), Le Corbeau et le Renard (1967), Exposition littéraire autour de Mallarmé (1969), Miroir (La signture de l´artiste) (1971). En segundo lugar, el objeto en tanto que mercancía, cuestionando la cosificación de la obra de arte y el aura de la obra original, como se puede apreciar en Jaula con huevos (1965-1966) o en Tabac belge (1975). El tercero de los temas es la revisión crítica de la institución museo, ejemplificado por su gran proyecto Musée d´Art Moderne. Département des Aigles (1968-1972). Con ellos se pone de manifiesto que, entre sus contemporáneos, es uno de los que de manera más insistente y rotunda cuestiona el papel social del artista y el papel comercial de la obra de arte. El propio Broodthaers declara creer “estar haciendo una reflexión sobre la sociedad y la cultura por medio de casi todas las piezas que realizo”.
Datos de la exposición
Jeu de Paume, París (17 diciembre, 1991 — 1 marzo, 1992)
Obras de la Colección incluidas en la exposición
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