Martin Kippenberger (Dortmund, Alemania 1953 - Viena, 1997) es uno de los artistas alemanes más díscolos y significativos. Marcó la década de los ochenta poniendo en entredicho los convencionalismos más serios del discurso artístico, desde su ironía demoledora. El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía presenta un centenar de obras conforman la primera muestra individual de este artista en un museo español.
Kippenberger no restringe su obra al empleo de un solo medio. Pintura, escultura, fotografía, dibujos, instalaciones, catálogos, carteles e invitaciones de exposiciones, fueron para él medios susceptibles de ser utilizados con la misma fuerza expresiva. Presente en los acontecimientos artísticos más importantes de las últimas décadas, la obra de Kippenberger ha sido mostrada a título póstumo en la Documenta X de Kassel, en el Skulptur de Münster, el Kunsthalle de Bassel y recientemente en una exposición itinerante en Karlsruhe y Londres. La obra de Kippenberger reconstruye una lógica desconcertante, al jugar con referencias inapropiadas, mezclar símbolos irreconciliables y utilizar títulos desmesurados y chocantes con el propósito de llamar la atención o parodiar los grandes discursos del arte, al tiempo que realiza una crítica ácida y jocosa del entorno cotidiano. El artista toma al pie de la letra los clichés políticos y de las imágenes de publicidad con las que cuestiona tanto la realidad social como la historia de la cultura.
La exposición coincide en el tiempo con la muestra en el Museo dedicada a la Colección Taschen. Uno de los mayores coleccionistas de Kippenberger es Benedikt Taschen, quien ha reunido más de un centenar de obras del artista y de quien procede gran parte de las obras expuestas en esta muestra. Taschen y Kippenberger colaboraron a menudo en libros u otros proyectos, y llegaron a consolidar una sólida relación que se refleja en la calidad del conjunto. Taschen ha sido reacio hasta hoy a prestar su colección a museos e instituciones, lo que confiere un carácter inédito a la muestra. Es por tanto una gran oportunidad para el Museo organizar esta exposición que aporta un nuevo enfoque a la obra del artista alemán que por su inesperada y temprana desaparición está todavía por descubrir. La muestra se completa con las obras pertenecientes a la colección del artista Allbert Oehlen, que intercambió obras con Kippenberger y también recibió otras como regalo, lo que añade un carácter más personal e inédito a la exposición.
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