Con esta muestra retrospectiva de Martín Ramírez (Tepatitlán de Morelos, México, 1895 – Auburn, EE.UU., 1963), el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía ofrece por primera en una institución europea los notables dibujos de quien está considerado como uno de los maestros autodidactas más notables del siglo XX. Recluido en hospitales para enfermos mentales de California, su sorprendente obra, realizada con los materiales pictóricos que él mismo fabrica, explora una iconografía singular que alude a la extrañeza entre dos mundos, el origen de un México rural e indígena y el destino de Estados Unidos en pleno desarrollo industrial. En sus dibujos se intuyen algunos elementos narrativos y autobiográficos con los que preserva su identidad y da sentido a un mundo interior y exterior en crisis.
Ramírez emigra a California donde trabaja durante cinco años en las minas y el ferrocarril. En 1931 tras la Gran Depresión, sin trabajo y sin techo, es detenido por su estado de confusión y su incapacidad de comunicarse, e ingresado en un hospital mental con diagnóstico de depresión maníaca y esquizofrenia catatónica incurable. Esta etapa marca el inicio de su creación y en 1948 es trasladado a otro hospital, donde continua con sus creaciones hasta su muerte en 1963. Son 32 años de producción artística realizada en total reclusión, de la que se conservan unos 450 dibujos.
Durante su confinamiento Ramírez apenas habla, pero inventa un estilo artístico basado en estructuras lineales flexibles y elementos inspirados en las culturas mexicana y americana. Sus dibujos son más un refugio que un modo de expresión y en ellos reitera de manera obsesiva una serie limitada de temas: túneles, un jinete a lomos de su montura, campos o vías de ferrocarril, con los que desarrolla una gama expresiva de lenguajes y formas.
Ramírez vivió y creó apartado del mundo y aislado de cualquier corriente o información artística. El interés por la obra de Ramírez vino de la mano del doctor Tarmo Pasto, profesor de Psicología y Arte en el hospital donde estaba internado. Durante la década de los cincuenta Pasto organizó algunas exposiciones sin revelar los nombres de sus pacientes hospitalizados. Tras la muerte de Ramírez se sucedieron diversas exposiciones individuales con gran elogio por parte de galeristas y artistas, hasta que su obra logró una amplia atención en 2007 con la gran retrospectiva en el American Folk Art Museum de Nueva York. Esta muestra contribuye a revalorizar la obra de este artista marginal, le coloca en un nuevo contexto museístico y desvela el papel de quienes están excluidos del discurso artístico dominante.
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