Picasso Minotauro

25 octubre, 2000 - 15 enero, 2001 /
Edificio Sabatini, Planta 2
Pablo Picasso. Minotauromaquia, 1935. Arte Gráfico. Colección Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid
Pablo Picasso. Minotauromaquia, 1935. Arte Gráfico. Colección Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid

La figura del minotauro, mitad hombre, mitad toro, aparece en múltiples ocasiones a lo largo de la trayectoria artística de Pablo Picasso (Málaga, España, 1881 - Mougins Francia, 1973). Según el mito original, este extraño animal nace del encuentro entre un toro y Pasifae, esposa de Minos. Al enterarse éste de la aventura de su mujer, ordena a Dédalo que construya un laberinto donde hacer prisionero al minotauro, que es finalmente asesinado por Teseo.

No obstante, Picasso crea otras leyendas en torno al minotauro que han llegado a conocerse a través de su compañera, la pintora Françoise Gilot. Para él, los minotauros son ricos habitantes de la costa de Creta. Sus casas, repletas de obras de arte y mujeres bellas, albergan a menudo reuniones festivas que terminan en orgías, en las que hacen felices a las mujeres con las que mantienen una relación de sentimientos encontrados. Los domingos, los minotauros encuentran la muerte a manos de gladiadores griegos.

Esta exposición del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía reúne prácticamente la totalidad de las obras referidas a esta figura mitológica, de gran trascendencia en el universo creativo del artista. Un total de setenta obras, divididas en cinco secciones, repasan desde la primera aparición del minotauro en 1928, -inicio del periodo de plenitud en la producción global de Picasso, que se prolonga hasta 1937- hasta las últimas representaciones de 1958, en las que el minotauro reaparece libre de la carga teórica anterior, tras la experiencia del Guernica.

Tal y como afirma Picasso, el minotauro es la línea que conecta los diversos itinerarios recorridos por él a lo largo de los años, un alter ego del artista, como lo es el arlequín durante la época rosa. En la iconografía picassiana se suma la vertiente mitológica a la tradición taurina española, muy arraigada en la obra del artista cuando el minotauro hace su aparición.

La exposición, planteada en orden cronológico, comienza con los primeros dibujos y collages, donde el minotauro se representa como una cabeza de toro, entre dos grandes piernas en actitud de correr. La portada de la revista bautizada por André Masson y Georges Bataille como Minotaure y encargada a Picasso en 1933, así como la serie de grabados en los que el minotauro lleva una daga en sus manos, suponen el inicio de la iconografía definitiva del monstruo. A continuación aparecen los grabados de la emblemática Suite Vollard, donde el tema se desarrolla en toda su extensión, y el minotauro participa de la vida en el estudio del escultor, representado por Picasso. Dentro de una serie realizada entre finales de 1933 y mediados de 1934, aparece la obra considerada como precedente directo del Guernica, donde se produce un violento encuentro entre el minotauro y el caballo. Se presenta a continuación la serie de diez escenas, donde Picasso condena al minotauro a padecer la ceguera como castigo, y la denominada Minotauromaquia (1935), otro de los antecedentes claros del Guernica. El conjunto de representaciones finales del minotauro de 1936 y 1937 junto con las obras de 1958, cierran la exposición, en la que se advierte la importancia de esta iconografía a lo largo de la producción del artista.

Datos de la exposición

Organización: 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Comisariado: 
Paloma Esteban Leal y Sylvie Vautier