R. B. Kitaj. Un americano en Europa

7 abril - 9 junio, 1998 /
Edificio Sabatini, Planta 3
Vista de sala de la exposición. R. B. Kitaj. Un americano en Europa, 1998
Vista de sala de la exposición. R. B. Kitaj. Un americano en Europa, 1998

R.B. Kitaj (Cleveland, 1932-Los Ángeles, 2007) es uno de los máximos representantes de la defensa y recuperación de la Pintura Figurativa desde la década de 1960. La exposición, con más de setenta pinturas y obras sobre papel, repasa la trayectoria de Kitaj a partir de su emblemática Variaciones Erasmo (1958). Esta obra marca el inicio de su larga etapa inglesa, que se desarrolla entre 1957 y 1997 y por la cual la crítica lo adscribe a la denominada Escuela de Londres, junto a David Hockney, Lucian Freud y Francis Bacon.

En el recorrido se advierte una evolución en los temas, así como la obsesión por escritores y asuntos judíos a partir de mediados de los años setenta -provocada por su interés en recuperar su ascendencia judía-, que tiene su punto culmen con la realización de First Diasporist Manifesto (1989). También se observa la radicalización paulatina de su lenguaje hacia el Expresionismo desde su singular estilo post-pop, como en San Juan de la Cruz (1967) y Melancolía (1989).

Las obras de finales de los años cincuenta muestran referencias a ciertos aspectos del Surrealismo -que asume más como filosofía que como estilo- y a fuentes históricas y esotéricas. Esta época queda determinada estilísticamente por la apropiación de libertades, características del Expresionismo Abstracto para un contexto figurativo. Por otro lado, muchas de las obras tempranas se apoyan en las yuxtaposiciones sorprendentes del collage -con marcada discordancia en la inclusión de elementos-, con el propósito de producir un arte que exprese sin adornos visuales los vagabundeos de la mente humana. Otoño en el centro de París. A la manera de Walter Benjamin. (1972-1973) es quizás la primera materialización pictórica de sus preocupaciones a partir de los años setenta: temas relacionados con el exilio y la identidad y versiones emotivas de acontecimientos de la historia moderna, como el Fascismo y Holocausto.

El dibujo desempeña un lugar fundamental en el desarrollo de su pintura y en la formulación de sus iconografías, además de sobresalir por sus numerosos retratos de David Hockney, Robert Duncan o Sandra Fisher, entre otros. En 1974, impresionado por la obra de Edgar Degas, adopta el pastel como técnica para una serie de estudios del cuerpo humano del natural, que aportan a su producción una sensualidad nueva y un claro erotismo. El paso a una mayor subjetividad se aprecia en la reelaboración del retrato de Hockney El neocubista (1976-1987), que comienza y paraliza en un sobrio estudio desnudo al carboncillo, para terminarlo años después de manera fracturada.

El prolongado reencuentro con lo fundamental afecta profundamente el curso de su pintura a lo largo de los años ochenta y noventa, cuando adquieren protagonismo elementos autobiográficos y confesionales para comunicar sus temas bajo formas mucho más íntimas y directas, como en El crítico criminal asesinado por su viudo, incluso, (1997).

Datos de la exposición

Organización: 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y Astrup Fearnley Museet for Moderne Kunst, Oslo
Comisariado: 
Marco Livingston
Itinerario: 

Astrup Fearnley Museet for Moderne Kunst, Oslo (10 enero - 22 marzo, 1998); Jüdisches Museum der Stadt Wien, Viena (25 junio - 30 agosto, 1998); Sprengel Museum, Hannover (13 septiembre - 22 noviembre, 1998)

Artistas: