Zóbel

18 febrero - 5 mayo, 2003 /
Edificio Sabatini, Planta 3

Fernando Zóbel (Manila, 1924 – Roma, 1984) resulta fundamental para el Arte Español de la segunda mitad del siglo XX. Zóbel no destaca únicamente por su aportación a la Abstracción pictórica sino por su interés y mecenazgo, que le lleva a iniciar una colección de la que forman parte nombres como: Gerardo Rueda, Gustavo Torner, Luis Feito, Eusebio Sempere, Antonio Saura, Manuel Millares, Martín Chirino o José Guerrero. Esta colección da lugar en 1966 al Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, punto de referencia para la Abstracción Española de la década de los cincuenta y sesenta.

Esta exposición retrospectiva aborda el legado del artista de origen filipino a través de su producción de madurez, que desarrolla entre 1954 y 1984. Un total de sesenta y ocho lienzos de sus principales series, diecisiete estudios y dibujos y once de sus cuadernos de apuntes aportan una visión global de la Abstracción Lírica de Zóbel. En su obra, se advierte la influencia de la poética de Mark Rothko y la sensibilidad oriental de la pintura china, de la que atesora una importante colección.

La serie Saetas, integrada por un centenar de cuadros y con once ejemplos en esta muestra, supone el nacimiento de una de las técnicas características de Zóbel: el trabajo con jeringuillas de cristal que inyectan al lienzo los pigmentos y permiten trazar finas y largas líneas. Su pintura se caracteriza por la ausencia de improvisación y la búsqueda permanente de la expresión del movimiento.

En 1959 Zóbel logra su primera exposición individual en Madrid. La galería Biosca, que dirige en aquel momento Juana Mordó, presenta lienzos de la serie Saetas y del comienzo de la Serie Negra, donde el protagonismo se encuentra en los negros proyectados sobre las grandes extensiones blancas del lienzo, como en Ornitóptero (1962), último cuadro de su serie negra.

El paisaje inspira las composiciones, como se aprecia en el conjunto de pinturas de los años 1963 a 1968, entre las que se encuentran Villar del Horno, El Faro o El balcón II. Todas son antecedentes de las series más reconocidas y dedicadas a El Júcar, Serie Blanca, Serie Orillas y Diálogos con la Pintura. Este último tema es recurrente durante toda su trayectoria y protagoniza sus cuadernos de apuntes. Cuenca, Sevilla o Tarifa están presentes en algunas de sus pinturas más emblemáticas.

De la última época se exponen ocho lienzos entre los que destaca el tríptico La cantera (1983). La depurada concepción de la abstracción unida al cromatismo intenso y sombrío de estas últimas pinturas alude a los pintores venecianos, de los que precisamente acude a ver una exposición en Roma cuando le sorprende la muerte.

Datos de la exposición

Organización: 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Comisariado: 
Rafael Pérez-Madero
Itinerario: 

Casa Zavala, Cuenca (23 mayo - 8 de septiembre, 2003); Sala de Exposiciones de la Caja de San Fernando, Sevilla (6 octubre - 16 noviembre, 2003)