Alberto Corazón (Madrid, 1942-2021) es una de las figuras fundamentales para entender los procesos de modernización teórica y artística en España durante el tardofranquismo y los primeros años de la democracia. Un periodo dominado por las tensiones derivadas de las medidas oficiales adoptadas en materia político-cultural y el empuje de corrientes de pensamiento crítico apoyadas en el estudio de la imagen y los medios de comunicación.
Con el propósito de evidenciar la importancia de Alberto Corazón como agente teórico y crítico, así como destacar el carácter vanguardista y multidisciplinar del artista en el ámbito del diseño gráfico, esta muestra documental constituye un acercamiento a su trabajo realizado durante los años 1966 a 1978, tomando como punto de partida los materiales conservados en el Archivo Marchán/Quevedo. Este conjunto recoge una gran cantidad de materiales reunidos por Mª Dolores Quevedo Ibáñez y Simón Marchán Fiz sobre el artista como sus primeras serigrafías, la cartelería realizada para diversas instituciones —el Instituto Alemán en sus sedes de Madrid y Barcelona, ayuntamientos y galerías de arte como Vandrés, Vijande o Buades—, el diseño y la edición de catálogos y revistas, así como su propia práctica artística conceptual, que evidencian el valor de la producción visual de Corazón y ayudan a entender su trabajo como una toma de conciencia política y crítica comprometida.
La trayectoria de Alberto Corazón como diseñador gráfico comienza con la fundación de la editorial Ciencia Nueva (1964). Entre otros aspectos, este proyecto sirvió para introducir corrientes teóricas de las ciencias sociales y la historiografía que, hasta entonces, eran desconocidas en España. Tras un primer cierre de la editorial, acusada de pertenecer al Partido Comunista de España (PCE) durante el estado de excepción declarado por Manuel Fraga Iribarne en 1969, y una segunda clausura provocada por la retirada de su licencia, el artista crea en 1972 Alberto Corazón Editor. Inicia entonces la colección Comunicación, que se convierte en un instrumento esencial para la recepción y difusión de textos de autores (fundamentalmente internacionales) vinculados a diversas ramas del conocimiento, como el estructuralismo, la lingüística y la economía política. Estas publicaciones influyeron en las prácticas artísticas de sus contemporáneos, al igual que en estudiantes y docentes, quienes empezaron a familiarizarse con dichas corrientes. Comunicación catalizó la teoría crítica marxista, el programa artístico y arquitectónico de las vanguardias históricas —en particular rusas y alemanas—, así como las últimas tendencias de la semiología, la industria cultural y la sociedad de masas, entre otras. Junto a él, teóricos como Simón Marchán Fizayudaron a introducir autores hasta entonces no traducidos al castellano, como el filósofo Max Bense o el crítico Jan Mukav
rovský. Cabe señalar que esta colección publicó las dos primeras ediciones de Del arte objetual al arte de concepto (1972 y 1974) de Marchán Fiz; la segunda edición aborda y define la categoría de “nuevos comportamientos artísticos”.
Tanto técnica como teóricamente, Corazón estuvo a la vanguardia de su tiempo. En 1969, con el fin de experimentar con la serigrafía, montó un taller con el fotógrafo y artista Tino Calabuig (Colmenar de Oreja, 1939) que, en diciembre de 1973, se convertiría en la Galería Redor. Este espacio expositivo, desvinculado de toda organización o institución oficial, devino en un centro de experimentación. Uno de sus ejes de actuación se centró en la recuperación del trasfondo político de las vanguardias históricas desde la práctica artística, como da cuenta la pionera exposición en España, John Heartfield. El fotomontaje como arma... (1973), cuyo catálogo editó y diseñó Corazón. La influencia del artista alemán sobre él fue inmediata, asumiendo la tradición del fotomontaje dadaísta y constructivista en sus carteles y proyectos.
Bajo estos parámetros, desarrolla y añade a su labor como editor un crucial trabajo como diseñador gráfico para las revistas Comunicación XXI (1972-1976), Zona Abierta (1974-1976) o Nuestra Bandera (1977-1979), órgano teórico del PCE, las cuales ejemplifican la multidisciplinariedad de su obra. Otro ejemplo que muestra la relevancia que la gramática visual tiene en su obra es el proyecto Documentos (1971-1974), una serie de publicaciones de propuestas artísticas que recoge títulos como Leer la imagen (1971), Una iconografía de clase (1972) y Aire, fuego, tierra, agua (1972), entre otras. También figura entre ellas Plaza Mayor, análisis de un espacio (1974) —cuya antesala sería la obra El hombre como señal, el espacio como cultura (1972)— la cual se presentó en el ciclo Nuevos comportamientos artísticos (1974), un encuentro internacional considerado uno de los hitos del conceptualismo español, organizado por Simón Marchán Fiz para el que Corazón diseñó el cartel y el programa.
El potencial narrativo de los documentos presentados en esta muestra permite reconstruir las relaciones interpersonales, así como los procesos discursivos visuales y de resistencia que sitúan a Alberto Corazón como figura clave en la escena cultural alternativa del último decenio del franquismo y primeros años de la democracia. El recorrido propuesto rescata y enfatiza el papel polifacético de un artista que contribuyó a visualizar una parte importante y heterogénea del panorama artístico español en el mapa internacional de la década de 1970.
